miércoles, 17 de marzo de 2010

Carta Nº 10. -Quince.

16 de marzo 2010


No tenía pensado escribirte, en realidad no porque no quisiera, solo no lo sentí necesario. Pero la idea se quedo dando vueltas y vueltas y hasta pensé en prender la luz en la madrugada para hacerlo y por fin poder dormir, pero he aprendido a tener paciencia, me cuesta pero hoy puedo decir que se esperar y me gusta hacerlo cuando se que vale la pena. Quince años, es un montón, ¿no? Una década y media. Duele un poco, me molesta, pero debo aceptar que ya no eres una niña, ya no necesitas que estén tras de ti diciéndote que hacer y que no, pero debes entender...
Te toca esperar. Para nosotras, para mí, tu todavía eres una pequeña que llora porque no le compraron un juguete, que ríe al subirse a mil juegos, que tira una canchita para que acompañe a la que antes se cayó.
"Eres mi hermanita y debo cuidarte"
Sé que ya no es así para ti, y puede que tengas razón, pero para mí no es tan fácil. Ya creciste, ya no me necesitas como antes, ya sabes defenderte y no lo entiendo por completo pero descuida, eso es lo de menos.
No me gusta esto, me encantaría retroceder los años y verte con isabelita por todos lados, pero el tiempo no espera a nadie, no advierte, no avisa. No nos queda de otra que recordar el pasado, vivir el presente y pensar en el futuro, en todo lo que vendrá.
Qué difícil, ¿no? Conforme pasan los días, nos damos cuenta de que el cuento con final feliz es para los niños, para nosotros está la realidad, el final no lo sabemos y en realidad no importa la meta, no pienses en qué terminarás. Sólo debes hacer bien las cosas, el camino es lo que interesa. Ser feliz, buscar ser y hacer feliz, nada más. Pásala bien, sonríe, se honesta, vive, solo así te serán sinceros, solo así podrás ser correspondida.

No tengas miedo. Miedo debes tener cuando estés sola, no sólo cuando te sientas así. Cuando seas una mala persona, porque el mundo da vueltas y el daño regresa.
No temas a un “no” porque es parte del acierto. No se gana sin saber perder. Cuando quieras reír, ríe y cuando quieras llorar, hazlo también, pero hazlo por ti, cuando valga la pena. No esperes que alguien vaya a calmarte: no hay lágrimas que el sol no seque, no hay lágrimas que el viento no se lleve ni sonrisas que te hagan perder tiempo.















Todo pasa y es lo que debes siempre, siempre recordar. No hay problema que no se pueda superar ni caída de la que no te puedas levantar, el golpe duele pero la cicatriz te ayuda a ser mejor. Siempre habrán errores, sólo depende de ti mejorarlos. El cielo suele nublarse, pero el sol siempre sigue ahí. No importa mucho lo demás si es que confías y sabes que lo que haces está bien. Debes saber que eres capaz de lograr todo, tú puedes si quieres, no hace falta nada más. Si crees en ti no puedes temerle a nada. Aprende a pedir perdón y enseña a perdonar. Aquí termino, solo quiero que sepas que no importa que pase, quién venga o quién se vaya…yo estaré ahí, como hermana o como amiga. No interesa qué hagas o qué digan, TE AMO y nada lo cambia. Te apoyaré siempre. Cuando te sientas sola, cierra los ojos y tendrás mi respuesta.



Feliz día.

-Andrea