jueves, 14 de febrero de 2013

Amor es...

"Amor" no es tener una persona con la cual caminar de la mano, el amor no es tener planes por 14 de febrero o ir al cine o darse besos.
Amor es esa sensación de que todo está bien, de satisfacción, de sentirte completo, haciendo lo que hagas y estés con quien estés.
Amor es saber que aunque no me gusta lo que que escucho, lo seguiré escuchando porque en el fondo me hace bien.

Amor es mi mamá levantándose antes de las 7am solo para prepararme un jugo, amor es que sea una supermamá y saque fuerzas de donde no hay para vernos bien, amor es mi mami gritándome porque no ordené mi cuarto, pero abrazándome luego porque sabe que, aunque lo haga, al día siguiente estará desordenado otra vez.
Amor es mi hermana, siendo mi compañera en risas y llantos, peleando conmigo porque dejé mi toalla mojada en su cama, amor es compartir ropa con ella, ir juntas al estadio.
Amor es Luciano yendo al patio a leer un libro conmigo, amor es cuando me pide que el sábado no salga hasta tarde para levantarme el domingo temprano e ir a verlo jugar o salir con él.
Amor es ir todos los días a visitar a mis abuelitos y sentir que nunca es suficiente. Amor es mi abuelita sirviéndome comida aunque le haya dicho mil veces que ya comí. Amor es mi abuelito comprando siempre algo de más para invitarnos, es saber que en su cuarto siempre habrá una mentita para mí. Amor es que él me deje ayudarlo, aunque me pierda la paciencia.
Amor es que ellos, este año, cumplan 50 años de casados. Amor es que se odien y se quieran, amor es que se peleen y se necesiten, amor es que no se soporten pero no puedan estar el uno sin el otro, amor es no querer verse más pero saber que no se pueden alejar. Amor es verlos felices.
Amor es mi tío, al lado de Juandi, en el cielo, regalándome en cada estrellita un poco de fuerza para continuar.
Amor es Rex lamiéndome la cara, moviendo la cola cuando llego, tirándose al piso para que le haga cariño o ladrando un sábado a las 7.30am para subir a mi cama a saludarme.
Amor son mis amigos burlándose de mí o haciéndome reir, amor son ellos, ebrios o sobrios, felices o molestos, lejos o cerca. Amor es mi mejor amiga desde hace 8 años, es saber que puedo ir a su casa y abrir la refri para servirme agua y viceversa, es llegar a su casa y saludar a su perrita como si fuera mía. Amor es darle la contra a ese mal presagio de que en la universidad no es amistad sino negocio, amor es haber encontrado a las mejores compañeras de clases, es extrañarlas, es insultarlas, molestarlas, quererlas. Amor es el teatro, amor es subirme a un escenario y dejar de ser yo para vivir la historia de alguien más, una historia que quizás realmente exista.
Amor es alentar al equipo de fútbol que más amo, ir a norte con una de las personas que más quiero y cantar, saltar, gritar por más de 105 minutos, amor es seguir haciéndolo, amor es llevarlo en la piel, aunque me llamen loca.
Amor es amar lo que hago, es ser feliz con lo que tengo, con los que me rodean.
Amor no es solo tener una pareja, amor es más que eso. Amor es saber que el mundo puede caerse y tú seguirás de pie. Amor es amar y amar es vivir.

domingo, 10 de febrero de 2013

No bastó

"Sonríe", le dije. Era la quinta vez que lo decía. Lo sé porque fueron cinco las veces en las que sentí que lo quería, o lo que es peor aun, que sentí ganas de quererlo. "Solo sonríe", le pedí. Pero me escuchaban más las nubes que él. Estaba a mi lado, tan cerca como antes -e incluso un tantito más- pero su alma estaba a años luz de nosotros. "Sonríe", le rogué una última vez. Y ya eran seis. Quería verlo sonreír, quería sentirlo cómodo, sincero. "Yo no sonrío", me dijo, como quien dice "yo no sé perder".

Lo recuerdo impulsivo, traidor, perdido, indeciso, salvador, amigo, confidente; todo a la vez, pero sobre todo lo recuerdo mío. Pienso en él como todo lo que nunca quise, pero no pude evitar. Lo recuerdo como una piedra en el zapato, como una gota de lluvia constante, como un obstáculo, como una herida, como dolor.  No le pedía que se quede, no le dije cuánto lo extrañaba, no lo comprometí. Solo le pedí una sonrisa y él no quiso sonreír. 

Y la vida es así; él, más que nadie, es así. Tan dulce como amargo, tan esperado como inoportuno, tan querido como odiado. Un cigarro más se consume, y ya no sé por qué espero. Yo lo quise como se quiere el invierno, con paciencia, con la certeza de que se irá y volverá. Lo quise cuando otros me quisieron, lo quise en soledad, lo quise en compañía, lo quise con motivos, lo quise como se quiere aquello que debes odiar, lo quise aunque no quería, lo quise porque no debía.

Y yo fui su invierno, también, como un tiempo de espera a lo que vendrá, como un trampolín de suerte, como algo pasajero, como una estación que viene y se va y, aunque vuelva, nunca es igual.
Quise verlo sonreír, por puro antojo, tal vez, por mis ganas de quererlo querer. Quise decirle que lo quería, quise decirle que lo extrañaba, pero faltó valor, faltó tiempo, faltó olvido.

'Sonríe', le dije. 'Te quiero', quise decir.
'Yo no sonrío', me dijo. 'Yo no sé perder', quiso decir.
El silencio se coló, como esas personas que aparecen cuando menos las necesitas.
'Abrázame', dije, para romper la oscuridad de palabras que empezaba a dolernos. Lo miré, sabiendo que una vez más me regalaría un 'no'. Pero con él nunca se sabe, con él nunca sabré. Me abrazó, con nostalgia disfrazada de pena, con cariño pintado de compromiso, con fuerza, con ganas de no soltarme, como abrazas algo que alguna vez fue tuyo, algo que no quieres volver a perder. Y el tiempo se detuvo dos instantes, y la magia le robó sitio al silencio.

Pero no bastó, yo necesitaba una sonrisa, una sonrisa que, a pesar de los intentos, nunca, nunca llegó.