lunes, 6 de septiembre de 2010

La excepción

I

Apareciste en el momento menos indicado,

cuando necesitaba a alguien a mi lado,

cuando el dolor se instalaba en mis días,

cuando eso de buscar consejos ya ni sentido tenía.

Apareciste, como de costumbre, cuando menos te esperaba,

como siempre, inoportuno,

jugaste con palabras y esa mirada,

el tiempo se encargó de hacernos uno.

No fue difícil quererte, en lo absoluto…

aunque el miedo me acompañó como un fiel amigo,

dejé de verme lejos de ti,

y al poco tiempo me sentía feliz, contigo,

quise alejarte de mi propia mente,

pero el reloj, constante enemigo,

siempre te mantuvo presente.

Apareciste en mi vida como lluvia en un desierto,

casi imposible, pero necesario.

Llegaste cuando bloqueaba la idea de querer,

rompiste mis esquemas y me ayudaste a aprender,

me regalaste motivos, risas y un par de canciones,

no pensaba enamorarme pero, claro, siempre hay excepciones.

Y me enseñaste a abrir puertas y eliminar rencores,

me enseñaste a mirar de frente y borrar temores.

Quererte y creerte se volvió mi forma de vivir,

y me ayudaste a sonreír, a llorar, a siempre seguir.

Por ti, conspiré contra tormentas e historias internas,

luché contra mi propio mundo, demonios y mentiras,

no me arrepiento, haberte creído valió la pena.

Te quise, como un niño quiere a su juguete favorito,

te quise porque me levantaste de las peores caídas,

porque me enseñaste que siempre hay algo peor,

y eso, créeme, me hizo alguien mejor.

Ibas y venias, me odiabas, me querías,

no sabias lo que era mejor para ti,

pero siempre tuviste esa exquisita manía de hacerme feliz.

II

Me dejaste en el momento menos indicado,

cuando ya no quería a nadie más a mi lado,

cuando el dolor era tema del pasado.

Me dejaste, como de costumbre, cuando no lo esperaba,

como siempre, inoportuno, cuando más te necesitaba.

Jugaste con palabras y esa misma mirada,

el tiempo se encargó de convertir todo en nada.

Te fuiste de mi vida como sol que se lleva la noche,

nunca preciso, tal vez inevitable, necesario.

Me dejaste cuando ya no quería estar sin ti,

rompiste mis esquemas, les pusiste fin.

Y me acordé de sonreír, de llorar, de siempre seguir.

Te llevaste los motivos, las risas y ese par de canciones,

me dejaste a cambio recuerdos, y un millón de emociones.

No pensé perderte pero, claro, siempre hay excepciones.

Nunca estuvo de más creerte, ni siquiera en noches de luna llena,

no me arrepiento, haberte querido valió la pena

y aunque no sea lo mejor para mí,

es tu turno, te toca ser feliz.

6 comentarios:

Call me Juliet dijo...

Tantos sentimientos, experiencias, sensaciones, locuras, tanta risa, tanto llanto, tantas ganas de vivir.

Se puede vivir tanto con una persona, que la sola idea de su
ausencia nos perfora el corazón.

Pero sabes una cosa?
Las grandes personas merecen inmensos destinos. (:

cu dijo...

que lindooooooooooo andreaaa :) pero sí es momento de seguir las cosas ya pasaron. Te comprendo en cierto modo, y yaa hay que reunirnos toditaaaas y ser felices un par de horas dejalo fluir todo lml

Sentimientos! dijo...

Andrea
bonita manera de expresarte la tuya

saludos

Letiiur dijo...

guuuau! me encantó! felicidades y sé feliz.
Un abrazo,
Letii

Anónimo dijo...

Hermosa manera de expresar y la creatividad con la que plasmas tus ideas. Magnífico!

Jesús Espejo Briceño dijo...

Muy bueno, felicidades.