lunes, 24 de marzo de 2008

15 aÑos , una vida.


Ya son 15 años desde ese entonces. 15 años que puedo recordar en 5 minutos, el tiempo que llevo despierta. Fue una noche agotadora, llena de música, gente, conversaciones, bailes, y ausencias. Un cumpleaños muy divertido, aunque definitivamente no fue el mejor. Una simple reunión a la que vino gente que creí no volver a ver, aunque definitivamente agradezco su presencia y fue muy grato reencontrarme con ellos, creo que debería frecuenciarlos más seguido, me hace bien. Amigos del colegio, de mi universidad, compañeros de antiguos trabajos, entre otros.
Personas que no estuvieron solo en las buenas, sino en las malas.
Me apoyaron cuando tú me faltabas, cuando me dejaste. Y te pido perdón por estas palabras, pero compréndeme, a veces no asumo la idea de haberte perdido. Estas ganas de tenerte junto a mi me matan cada vez más.
Tal vez este cumpleaños no fue el mejor, porque tu no estuviste en él. Y se que ya son varios años sin ti, pero no me acostumbro a no recordarte.
A veces pasan cosas por el estilo, y sólo queda resignarse, pero que injusta es la vida, verdad?
-Dicen que harás una fiesta, crees que pueda llevar a mi enamorada? – fue lo primero que me dijiste. Y me partiste el corazón, sabes? eras mi amor platónico, lo fuiste por 2 largos años. El motivo de mil cartas nunca entregadas, la razón de poemas nunca dichos. Matabas mi ilusión, asesinabas la esperanza de verme un día junto a ti. ¿Tú crees que yo dejaría que vayas con ella? Mi más grande rival, mi peor enemiga, la persona que más odiaba en este mundo. ¿En qué pensabas al preguntarme eso? ¿Qué pretendías que te respondería? ¿Que sí? Acertabas... siempre me conociste. Siempre supiste lo que pensaba sin siquiera haberlo dicho.
Fueron juntos y fue tal vez el peor cumpleaños de mi vida, aunque se suponía que debía ser el mejor. Eran mis 15 años. La edad soñada por toda chica. Claro, excepto yo. Siempre fui una chica un poco excéntrica, nunca fue de mi total agrado celebrar mis onomásticos. Pero si era una joven ‘obediente’, por decirlo así…y mi mamá siempre soño con una fiesta de 15 años. Tuvo su fiesta 'soñada', solo que mía.
Esa noche, todos la pasaron bien, menos yo. Te vi tan feliz con Priscilla, tu novia, que dudé siquiera en acercarme a saludarte.
En toda la noche no supe nada de tí, sólo recuerdo que ella se me acercó…
“Ya me enteré de que andas rondando a MI enamorado, y solo te digo algo niñita, aléjate de él o te las verás conmigo.”
Tiempo después fuiste mi amigo, y gracias por ello. Fuiste de los verdaderos.
Siempre fui una más del montón, hasta que llegaste tú. Me salvaste de todo aquel que quisiera hacerme daño. Siempre fue así.
Y hoy ya no estás, no sabes como me duele no tenerte aquí, junto a mi. No poder decirte que te amo y que nunca dejé de hacerlo. Que siempre fuiste todo, que siempre lo serás.
Recuerdo cuando me dijiste que le fuiste infiel a tu enamorada, con la que ya llevabas 3 años.
“Su nombre es Sol. Me tiene loco”
Éramos amigos, es verdad. Pero cómo me hubiese gustado que tú me considerases algo más.
Que bien me sentí cuando decidiste terminar la relación con Priscilla.
Que mal en cambio, cuando me enteré que la razón de la ruptura tenía nombre: Sol.
Sé que nunca te dije esto, perdón. Pero ya es hora de que lo sepas. Un mes después de haberle dicho a tu nueva enamorada que la amabas, tu ex novia se me acercó, me hizo una propuesta...tentadora.
“Yo se que tu también lo quieres. Hagámosle algo a la tal Sol, así lo dejará solo. Después ya veremos quién se lo queda”.
Gracias a Dios desde niña me enseñaron a decir No. Aunque debes saber que en algún momento lo dudé, pero mi amor por ti era tan grande que preferí tu felicidad.
Toda esta magia se acabó al poco tiempo, cuando ella tuvo que viajar a Italia para seguir una carrera.
Volveré en 6 meses, cuando tenga vacaciones, te lo juro. – te dijo.
Se que no fue su intención hacerte el daño que te hizo, se que ella no quiso romper ese juramento, se que la esperabas con ansias, se que tu por ella dabas la vida, se que Sol era tu razón de ser, se que cada palabra que me decías respecto a ella era cierta, se también que esa llamada te mató en vida.
Ella se había suicidado, 2 semanas antes de regresar.
No fue tu culpa, entiéndelo. Las cosas pasan, aunque me cueste entenderlo.
Yo sin ti no soy nada. Debes saber eso también.
Ese vacío que ella dejó, supe luego llenarlo yo. Me hiciste conocer un mundo que nunca imaginé, un mundo ideal a tu lado.
Fuiste lo mejor que he tenido, definitivamente.
Se que tu no elegiste dejarme, que las cosas se dieron porque así tuvo que ser. Pero nada en esta vida me dolerá tanto como tu ausencia.
Nos casamos, y fuimos la pareja perfecta.
Tú me ayudaste a olvidar tantos problemas que tuve desde niña, yo te ayudé a superar lo que ya mencioné.
Nunca olvidaré ese 4 de abril, en el que la prueba de embarazo dio un positivo.
Íbamos a tener gemelos mi amor, dos hijos. Dos motivos para no dejarnos nunca. Dos angelitos que nos cuidarían por siempre. (...) Siempre.
Y durante todo el embarazo no hicimos más que cuidarlos, engreírlos y protegerlos.
Maldito sea el momento en el que rodé esas escaleras. Nunca hubiera querido que eso ocurra, no se como pudiste llamarme asesina. Yo era su madre, yo los llevé dentro de mi esos 8 meses.
Me llevaste de inmediato a la clínica y te dijeron lo que cambiaría nuestras vidas por completo. Habíamos perdido a uno de nuestros pequeños, el otro estaba grave. Yo pude haber muerto.
Nuestro hijo sobrevivió, y a pesar de que el otro nos hacia falta, Matías era nuestro motivo y cada locura suya nos daba razones para seguir viviendo, por él.
A los dos meses cumplí 23 años, me hiciste una reunión sorpresa.
Todo iba perfecto, hasta que decidiste tomar “unos cuántos vasos”.
Cuando trate de controlar la cantidad de alcohol que ingerías, perdiste el control, me agrediste verbalmente y me diste un golpe en la mejilla, que me dolió menos que tu desprecio.
Para ti yo tenía la culpa de todo. Recordaste todos los malos momentos que una pareja de esposos puede tener. Perdón si lo crees así, jamás hubiera hecho algo para hacerte daño. Te amaba. Te amo.
Algunos amigos que seguían en la casa, se quedaron sorprendidos mientras yo lloraba sin poder controlarme. Tu tomaste el carro, y a pesar de las advertencias que todos te dimos, te fuiste sin rumbo.
Fui detrás de ti, el bebé estaba dormido y una amiga, me aseguró que lo cuidaría mientras yo volvía contigo.
Nunca volvimos juntos. Esa noche no te encontré.
Al día siguiente encontraron tu carro destrozado. Nadie vio el accidente. No saben si lo hiciste premeditadamente o por efectos del alcohol.
Lo que sí se supo, fue que había sido un accidente catastrófico. Tu estabas muerto.
¿Qué haría con Matías? ¿Qué haría conmigo? ¿Qué haría sin ti?
Hoy son 15 años desde ese entonces, y no sabes la falta que me haces. Matías, con 16 años, sonríe tristemente al ver tus fotos. Me pregunta sobre ti y yo le cuento todo lo que pasamos en nuestra adolescencia. Él no puede creerlo.
Es que a nadie le parece cierto que después de tantos momentos, después de lograr esquivar los problemas para ser felices tú ya no estés aquí.
Yo no entiendo por qué me dejaste. Por qué te fuiste odiándome, por qué me maldecías. Tu, mi vida, mi todo, me despreciaba.
Te necesito, necesito sentir que me proteges, que nunca me dejarás. Porque contigo todo era mejor, porque junto a ti Yo era mejor.
Se que siempre estas ahí, cuidándome. A mí, y a Matías. Dile a nuestro otro hijo cuánto lo amamos.
Por mi parte, solo debo decirte que Matías siempre pidió un ‘padre’. Siempre te necesitó junto a él.
Una noche mas sin ti, es demasiado. No aguanto siquiera pensar que estas muerto. Y ya son 15 años, no puedo superarlo.
Te amo, y siempre será así.
Gracias por todo lo que hiciste en mí y por mí.
Aquella que en algún momento fue una “niña excéntrica” hoy te necesita más que nunca.

6 comentarios:

Dylan Forrester dijo...

Un texto muy tierno y sugerente. Tienes una prosa interesante. Espero pasar seguido y nos leamos.

Un abrazo...

Juan dijo...

El "destino tienes" unos caminos misteriosos para cada uno, bueno asegurandoq que el destino exista.

una historia conmovedora.


PD: Gracias por agregarme a tus links
saludos

Jorge dijo...

eso sí q fue muy largo!!!

Patricia García-Rojo dijo...

Hola! Vi que te pasaste por mi blog, muchas gracias por comentarme! Me ha gustado mucho tu texto, me ha recordado a uno que escribí yo con 15 años... ains... parece que fue ayer!

Patricia García-Rojo dijo...

no es tan malo no tener más quince años, te lo aseguro... de pequeña siempre jugaba a que tenía quince años por eso de la canción (quince años, tiene mi amoooor). Pero luego quise tener 17 y luego 18 y luego 20 y luego los 22 y los 23 me han sentado fatal!!! jajajaj

así que no te quejes, 16 es una edad genial! xD

Patricia García-Rojo dijo...

tú piensas que no quieres crecer y yo pienso ya que no quiero envejecer... qué gran diferencia!!