lunes, 26 de agosto de 2013

Premonición

De pronto, un día, despertaré con ganas de no saber más de ti. Quizá, quien sabe, en brazos de alguien mejor. De pronto, un día, ya no habrá dolor, ni recuerdos que hieran, las palabras no dispararán y la mente será cobijo. Quizá, quien sabe, con mentiras más piadosas que las tuyas. Querré reír sin miedo a llorar, aprenderé a querer sin temor de olvidar. No pensaré en traición, en muerte, en costumbre.

Un día, lo sé, yo habré olvidado lo que me hizo mal y tendré una historia sin guión. Aunque no te siente bien, yo un día ya no volveré. De pronto, esa noche, no habrán más promesas de amor eterno, ni brazos obligados a ser compañía, ni besos para pasar el rato. Ese día, que puede ser mañana o en quinientas lunas, mi vida no necesitará más de la tuya, mi calma no buscara tu mesura, mis mañanas no pensarán en tus sueños. No habrá culpa, ni llanto, ni espera. No nadaré en agua sucia. No intentaré revivir a quien mató. Yo despertaré sabiendo lo que dí, sabiendo lo que fui, y no estaré, como hoy, segura de que volverás.

Y, entonces, la noche tendrá estrellas, cantaré sin vergüenza y el gris se habrá marchado. Y, entonces, solo entonces, yo sabré que te he olvidado. Y, entonces, sólo entonces, tú sabrás que me has perdido.

1 comentario:

Miguel Flores-Montúfar dijo...

es momento de emprender viaje, andrea.
mi corazón te acompaña.


http://www.youtube.com/watch?v=r7qi0iLzg-k